México y Estados Unidos iniciaron una serie de reuniones técnicas para evaluar las acciones contra el gusano barrenador, una plaga que provocó el cierre de la frontera estadounidense al ganado mexicano desde el pasado 11 de mayo.
El objetivo es lograr que se reanuden las exportaciones, que siguen suspendidas pese a que la medida formal concluyó el 25 de mayo.
Las sesiones se llevan a cabo en Ciudad de México y cuentan con la participación de una misión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que revisará los avances en la estrategia nacional de combate al gusano barrenador.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, informó en redes sociales sobre el inicio de este proceso de verificación.
Esta inspección forma parte de un acuerdo binacional entre Berdegué y su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, para reforzar las medidas sanitarias y reabrir la frontera al comercio ganadero.
Entre las acciones destaca la construcción de una nueva planta de producción de moscas estériles en Chiapas, una herramienta biológica clave para frenar el avance de la plaga.
Además del impacto sanitario, el gusano ha generado un fuerte golpe económico. Según el Consejo Nacional Agropecuario, la suspensión de exportaciones podría costar hasta 11 millones de dólares diarios al sector ganadero mexicano.
El Gobierno mexicano continuará informando sobre el desarrollo de estas reuniones técnicas y confía en que, con las medidas adoptadas, pronto se normalice el flujo comercial de ganado hacia Estados Unidos.