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Donald Trump obtuvo una victoria muy importante en los caucus de Iowa, reforzando su conexión con los votantes republicanos a pesar de enfrentar desafíos legales significativos que podrían afectar su campaña de retorno a la Casa Blanca. La victoria, de acuerdo con cifras preliminares, indica que Trump habría arrasado con 70.2% de los votos, y fue apoyada por seguidores que desafiaron un frío extremo para asistir a estos eventos en varios lugares del estado.

Esta victoria inicial es un paso hacia la meta de Trump de lograr la nominación republicana por tercera vez, demostrando su fuerte influencia dentro del partido y el desafío que enfrentan sus competidores. Nikki Haley y Ron DeSantis son los principales adversarios de Trump, quienes buscaban posicionarse en Iowa para ganar impulso en las futuras primarias. Haley se enfocará en New Hampshire, mientras que DeSantis se dirige a Carolina del Sur, ambos buscando fortalecer su campaña.

Trump ha mejorado significativamente su organización en Iowa comparado con 2016, enfocándose en una operación digital y de datos más sofisticada. Ha pronosticado una victoria abrumadora en Iowa, con la ambición de superar el récord histórico de Bob Dole en 1988.

A diferencia de su campaña de 2016, Trump ha reducido las apariciones en eventos pequeños y personales en Iowa, optando por mítines más grandes donde frecuentemente critica eventos pasados, especialmente la falsa afirmación de fraude en las elecciones de 2020, en lugar de presentar un plan detallado para el futuro del país.

Con información de AP.