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Enorme incertidumbre ha generado a nivel mundial la inteligencia artificial DeepSeek, desarrollada en China. Países de Asia, Europa, América y Oceanía han decidido bloquear con mayor o menor alcance la app, debido a preocupaciones sobre la protección de datos y la seguridad nacional. 

DeepSeek se hizo famosa el 20 de enero tras lanzar su modelo R1, que su desarrollador compara con el modelo O1 de OpenAI, responsable de ChatGPT. 

Además de su avanzado desempeño en matemáticas y programación, destaca por ser un 95% más barato que su competencia estadounidense; sin embargo, esto ha despertado sospechas sobre una posible violación de patentes tecnológicas y uso indebido de datos.

Estados Unidos tomó medidas el 31 de enero al prohibir la aplicación en dispositivos del Congreso. Argumentó que DeepSeek podría ser utilizada para distribuir software malicioso y espiar información sensible. 

Italia también bloqueó su uso el 30 de enero y abrió una investigación para determinar cómo la app maneja los datos de los usuarios.

En Asia, Taiwán fue el primer territorio en prohibir el uso de DeepSeek en sus departamentos gubernamentales por representar un “riesgo para la seguridad”.

Posteriormente, Australia vetó su uso en dispositivos gubernamentales tras una evaluación de sus agencias de inteligencia, calificándola como una amenaza inaceptable.

Corea del Sur se sumó a la lista, aunque dejó abierta la posibilidad de permitir su uso si se ajusta a sus normativas de protección de datos. 

En tanto, DeepSeek enfrenta un escrutinio global que podría limitar su expansión en los mercados globales. Con la creciente desconfianza, la empresa china debe resolver las preocupaciones de los gobiernos y enfrentar los bloqueos a nivel mundial.