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El gobierno de Donald Trump puso fin a las operaciones de la histórica Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), creada en 1961 y considerada el mayor distribuidor de ayuda humanitaria en el mundo.

La Usaid se encontraba en proceso de desmantelamiento desde febrero pasado, cuando comenzaron los recortes del gasto público impulsados por Elon Musk, pero a partir de este 1 de julio el Departamento de Estado asume la gestión completa de toda la asistencia internacional de Estados Unidos.

El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró en un comunicado que la Usaid no ha logrado cumplir sus objetivos desde el fin de la Guerra Fría, más allá de haber creado una red de ONG’s que, según él, han vivido a expensas de los contribuyentes norteamericanos.

Según Rubio, la agencia actuaba “como una organización benéfica en lugar de un instrumento de la política exterior estadounidense”, y en ocasiones promovía “grupos antiestadounidenses u “operaciones de cambio de régimen en distintos países”.

Se anunció que, de los aproximadamente diez mil empleados y contratistas que tenía la agencia en Washington y en sus oficinas alrededor del mundo, solo 294 continuarían en funciones para mantener operaciones mínimas.