El año pasado, Estados Unidos registró una disminución en el número de sobredosis mortales, según los datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicados el miércoles. Aunque estos datos son preliminares y podrían modificarse tras un análisis más exhaustivo, los funcionarios de la agencia anticipan una reducción en los recuentos finales. Esta sería solo la segunda disminución anual en más de tres décadas de epidemia nacional de muertes por drogas.
El descenso de las sobredosis fue del 3% respecto al año anterior, con aproximadamente 107,500 personas fallecidas en 2022, incluyendo tanto a ciudadanos estadounidenses como a no ciudadanos presentes en el país al momento de su muerte. La Dra. Deb Houry, directora médica de los CDC, calificó esta caída como una “noticia alentadora” y reconoció los esfuerzos por reducir estas cifras, aunque subrayó que las sobredosis de drogas continúan causando una pérdida considerable de vidas.
Los analistas se muestran cautelosos sobre estas cifras. Brandon Marshall, investigador de la Universidad de Brown, sugiere que la disminución debería verse más como una estabilización que como una tendencia a la baja. Resalta que, tras una disminución similar en 2018, las muertes por drogas aumentaron significativamente en años posteriores. Otros expertos, como el Dr. Daniel Ciccarone de la Universidad de California, San Francisco, han notado que la reducción no ha sido uniforme a nivel nacional; mientras la mayoría de los estados del este de EE.UU. vieron caídas, estados del oeste como Alaska, Washington y Oregón experimentaron incrementos de hasta el 27%.
Las causas de esta disminución son aún inciertas. Entre las posibles explicaciones, los expertos consideran cambios en el suministro de drogas, mejoras en la prevención de sobredosis y el tratamiento de adicciones, y la desoladora posibilidad de que la epidemia haya cobrado tantas vidas que ahora hay menos personas en riesgo.
En cuanto a las sustancias implicadas, los analgésicos recetados, que antes impulsaban la epidemia de sobredosis, han sido reemplazados por la heroína y, más recientemente, por el fentanilo ilegal. Este opioide extremadamente potente, desarrollado originalmente para el dolor severo, se está mezclando cada vez más con otras drogas en el mercado ilícito. Además, un estudio reciente reveló que las incautaciones de píldoras que contienen fentanilo han aumentado dramáticamente, lo que podría indicar un rápido crecimiento en el suministro de estas pastillas, aunque no necesariamente una reducción en el suministro general de drogas ilícitas.
La crisis de las sobredosis ha tenido múltiples efectos en cadena. Un estudio publicado recientemente en JAMA Psychiatry estima que más de 321,000 niños estadounidenses perdieron a uno de sus padres debido a una sobredosis mortal entre 2011 y 2021. La Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, enfatizó la necesidad de apoyar a estos niños, quienes enfrentan un mayor riesgo de problemas de salud mental y uso de drogas.
A medida que se incrementa el financiamiento para tratar la adicción y prevenir sobredosis, tanto a través de fondos gubernamentales como de acuerdos legales con fabricantes de medicamentos, distribuidores y farmacias, hay razones para ser optimistas, según Ciccarone. Además, se está investigando si fumar fentanilo podría no ser tan letal como inyectarlo, aunque esta cuestión sigue siendo objeto de estudio.
En este contexto, al margen de los matices planteados por los investigadores, está reducción podría estar directamente relacionada con el combate al trasiego de droga por parte del gobierno de México, ya que una disminución en las defunciones por sobredosis estaría en parte relacionada con que estas ya no están tan disponibles, por lo que la gestión del presidente López Obrador se estaría anotando un punto a favor.
Con información de AP.