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Un tribunal de Corea del Sur dictaminó que el arresto del presidente, Yoon Suk-yeol, fue ilegal, por lo que fue liberado de la detención en la que permanecía desde hace casi dos meses por insurrección, a raíz de su declaración de la ley marcial.

Yoon abandonó el centro de detención en Uiwang, al sur de Seúl, donde permanecía desde hace 52 días, y fue trasladado a la residencia presidencial, según informaron los medios locales.

El tribunal determinó que su arresto ha excedido el período legal y su procesamiento se llevó a cabo fuera del plazo de detención.

Con este fallo, Yoon podrá afrontar en libertad tanto el proceso penal que le acusa de insurrección, el único delito al que no es inmune un presidente surcoreano y que podría depararle una pena de cadena perpetua, como el juicio político paralelo donde se decidirá si su destitución es o no definitiva.

Yoon permanece formalmente como presidente, aunque en la práctica haya sido inhabilitado de sus funciones por una moción parlamentaria y mientras el Constitucional revisa el caso.

La crisis política en Corea del Sur desencadenada por la ley marcial ha profundizado la polarización en el país, con multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Yoon que han continuado desde que se produjo su arresto.

Mientras sus partidarios exigen su restitución y defienden la ley marcial, la oposición y grupos progresistas piden que se confirme su destitución.