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Cientos de manifestantes se reunieron en la ciudad de Anchorage, Alaska, para rechazar la llegada de Vladimir Putin, el primer presidente de Rusia que visita la antigua colonia, donde se encontró con su homólogo estadounidense, Donald Trump.

Portando banderas de Ucrania, girasoles y carteles con lemas como “no queremos criminales de guerra en Alaska, ni felones en la Casa Blanca”, pobladores locales mostraron su oposición a la visita del mandatario ruso, en un ambiente festivo.

“Putin es un criminal de guerra y no le deberíamos estar dando bienvenida a nuestro país y mucho menos a Alaska”, expresó uno de los cerca de 500 manifestantes que se concentraron en la ciudad más grande del estado de Alaska.

Otro habitante aseveró que “Trump no se merece ningún premio Nobel de la Paz; no tiene el interés de los ucranianos en mente y, de hecho, es responsable de muchas muertes de niños, empezando por las de muchos estadounidenses durante la pandemia de Covid”.