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Preocupa al gobierno federal el inminente aumento en deportaciones de migrantes desde Estados Unidos, pues cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados es mexicano.

Sus remesas representan casi 4 % del producto interno bruto de México, que en 2024 recibió un récord de 65 mil millones de dólares.

Este fin de semana abrió en Tijuana, Baja California, el albergue temporal acondicionado en un área de la plaza comercial Flamingos, con todos los servicios requeridos para brindar una atención integral.

Para este lunes se prevé ya opere el campamento instalado en el antiguo estadio municipal de Matamoros, Tamaulipas. Autoridades estiman que los connacionales que arriben por esta frontera sólo duren unas horas o cuando mucho dos días en sus instalaciones.

En Tampico se instala otro campamento en el estacionamiento de la feria municipal, con capacidad para recibir a dos mil 500 deportados.

También se instala un campamento temporal en Ciudad Juárez, Chihuahua, con capacidad para otras dos mil quinientas personas; sin embargo, todavía no se ha confirmado una fecha para arrancar operaciones.

Mientras en Sonora, en el campo de fútbol de la Unidad Deportiva “Estrellas Nogalenses”, comenzaron las actividades para instalar un campamento temporal que recibirá a migrantes deportados desde Estados Unidos.

En paralelo, en la frontera sur del país una nueva caravana migrante salió del municipio de Tapachula, Chiapas, conformada por 1,500 extranjeros que aspiran llegar al centro y norte del país, en busca de refugio y mejores oportunidades de vida.

Otros consideran mejor quedarse, el “sueño mexicano” es una opción latente. Esta sería la quinta caravana migratoria que parte de Tapachula en lo que va del 2025 y la segunda desde que Trump asumió nuevamente la presidencia.