Lo que parecía otra jornada de dominio absoluto de Marc Márquez se convirtió en una tarde histórica para su hermano Álex. El piloto del Gresini Racing se llevó el triunfo en el Gran Premio de Cataluña tras una actuación impecable que le permitió cortar la racha perfecta de su hermano mayor, ganador de las últimas 15 competencias entre carreras y sprints.
Álex había mostrado un ritmo sólido durante el fin de semana y, tras largar desde la pole, encontró la oportunidad en la cuarta vuelta para superar a Marc en la primera curva y nunca más soltó la punta. La confianza fue clave para resistir la presión, incluso después de haber caído en el sprint del sábado cuando lideraba.
Detrás de los hermanos se ubicó Enea Bastianini, que alcanzó el primer podio con el Tech3 y dejó en claro su progreso. Pedro Acosta fue cuarto con KTM y Fabio Quartararo quinto con Yamaha, completando así una parrilla cargada de jóvenes talentos y figuras consolidadas.
Marc, que reconoció la superioridad de su hermano, valoró el resultado pese a que sus opciones de coronarse en Misano quedaron descartadas. Con la ventaja en 182 puntos, su camino al título se mantiene firme, aunque deberá esperar hasta Japón para buscar el cierre matemático.
El triunfo en Montmeló significó algo más que una victoria para Álex: fue la confirmación de que puede brillar en los grandes escenarios y desafiar al propio Marc, en una de las rivalidades fraternales más seguidas en MotoGP.