Carlos Alcaraz debutó con una derrota en la Laver Cup en el partido de dobles junto a Alexander Zverev, pero no tardó en buscar revancha. Menos de 24 horas después, se enfrentó al estadounidense Ben Shelton, una amenaza seria en la pista. El murciano salió vencedor con un sólido 6-4, 6-4 en un duelo que dejó claro por qué es el campeón de Roland Garros y Wimbledon este año.
El partido fue intenso, con Alcaraz desatando su tenis total en momentos clave. Rompió el servicio de Shelton en el séptimo juego tras una batalla de diez minutos y seis bolas de break. Esa ruptura marcó el punto de inflexión del encuentro, donde desplegó su vasto repertorio de golpes y mantuvo su saque intacto, salvando cuatro bolas de break.
Su capacidad de encender al público con su creatividad y habilidad para sacar lo mejor de sí en los momentos más tensos hizo vibrar a la afición en el Uber Arena de Berlín. A pesar de la falta de puntos ATP, la rivalidad entre Alcaraz y Shelton fue palpable, ambos jóvenes buscando marcar su territorio.
Alcaraz se mostró satisfecho y renovado, listo para afrontar los próximos retos de la temporada, como la gira asiática, las ATP Finals y la Copa Davis. Su evolución como jugador no parece tener freno, y el futuro promete más éxitos.