El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, aseguró un segundo mandato tras una contundente victoria electoral que representa una dura derrota para el líder del Partido Liberal, Peter Dutton.
En medio de un escenario global incierto marcado por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los votantes australianos optaron por la continuidad y la estabilidad.
Con 70% del escrutinio completado, el Partido Laborista ha superado los 76 escaños necesarios para la mayoría absoluta, alcanzando 88 puestos en el Parlamento, según reportó The Sydney Morning Herald. La coalición liberal-nacional, en contraste, se ha quedado con apenas 37 escaños.
El resultado no solo representa un fracaso para Dutton, quien no logró desbancar a Albanese, sino que además perdió su propio escaño en Dickson, Queensland, frente a la candidata laborista Ali France. Dutton había representado esa circunscripción desde 2001.
La victoria convierte a Albanese en el primer líder laborista reelegido en más de dos décadas, desde que John Howard lo lograra en 2004.
Pese a la contundente mayoría lograda en el Parlamento, la diferencia en el porcentaje de votos entre los partidos principales fue menos marcada. El Partido Laborista obtuvo 34.7% de los sufragios, lo que representa un aumento de casi dos puntos porcentuales respecto a las elecciones anteriores. Por su parte, la coalición liberal-nacional alcanzó 31.6%, lo que supone una caída de casi cuatro puntos.
Los Verdes se posicionaron como la tercera fuerza más votada con 12.1% de los votos, aunque no lograron conservar sus escaños en el Parlamento. En contraste, los candidatos independientes experimentaron un notable avance, obteniendo 10 escaños en la Cámara de Representantes, consolidando su influencia en la política australiana.
Este nuevo giro hacia un gobierno progresista en Australia se suma al reciente retorno del Partido Liberal en Canadá, bajo el liderazgo de Mark Carney.