Ágnes Keleti, destacada gimnasta húngara y sobreviviente del Holocausto, falleció a los 103 años en un hospital de Budapest. Considerada una de las figuras más emblemáticas de la gimnasia artística, Keleti acumuló diez medallas olímpicas, incluyendo cinco de oro, representando a Hungría en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y Melbourne 1956. Su carrera deportiva fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, durante la cual sobrevivió asumiendo una identidad falsa, mientras que su familia sufrió las atrocidades del Holocausto.
Nacida en Budapest en 1921, Keleti comenzó su carrera gimnástica a una edad temprana, demostrando un gran talento que la llevó a convertirse en campeona nacional a los 19 años. Sin embargo, la invasión nazi de Hungría truncó sus aspiraciones olímpicas en 1940 y 1944. Durante la ocupación, Keleti adoptó una identidad falsa para eludir la persecución, trabajando como sirvienta en una zona rural. Tras el conflicto, regresó al deporte, destacándose en competencias internacionales y consolidándose como una de las gimnastas más laureadas de todos los tiempos.
Además de sus logros deportivos, Keleti dejó un legado significativo en el ámbito de la educación física y la gimnasia. Después de retirarse de la competencia, emigró a Israel, donde contribuyó al desarrollo de la gimnasia, entrenando al equipo nacional y enseñando en el Instituto Wingate de Educación Física. Su influencia perduró a lo largo de las décadas, siendo reconocida por su dedicación al deporte y su resiliencia personal frente a las adversidades históricas que enfrentó.
La noticia de su fallecimiento ha resonado en la comunidad deportiva internacional, que la recuerda no solo por sus impresionantes logros en la gimnasia, sino también por su espíritu indomable y su contribución al deporte mundial.