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La primera reunión de Gabinete de Gobierno de Donald Trump tuvo dos protagonistas: el mandatario estadounidense y Elon Musk, encargado de aplicar recortes en los gastos y la burocracia.

El dueño de “X” no estaba sentado en la mesa, sino en segunda fila, pero fue la primera persona a la que Trump le cedió la palabra.

Con una gorra y una camiseta con el lema “Tech Support”, Musk aseguró que la labor al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) es decisiva: “Necesitamos movernos rápido si queremos lograr una reducción del déficit de un billón de dólares en el ejercicio fiscal 2026. Si no se hace nada el país entrará “en bancarrota” sentenció.

Donald Trump respaldó al CEO de Tesla y aseguró que quien no esté de acuerdo con sus planes de recortes y supervisión “se puede marchar”.

“¿Hay alguien que no esté contento con Elon? Si es así, lo echaremos de aquí”, bromeó Trump delante del vicepresidente y los secretarios de todos los departamentos que conforman el Gobierno Federal.

Según medios estadounidenses, varios miembros del equipo trumpista ven como una incomodidad y una injerencia la presencia de Musk.

El hombre más rico del planeta aseguró que él hace lo que el presidente le ordena y rechazó que haya oposición a sus iniciativas dentro del Gobierno, al  considerar que el actual gabinete es el más talentoso “de toda la historia”.