En un mitin realizado este domingo, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, se profirieron insultos vulgares y racistas en el Madison Square Garden de Nueva York, contra la demócrata Kamala Harris.
Cuando queda poco más de una semana antes de la jornada electoral, algunos de los oradores calificaron a Puerto Rico de “isla de basura flotante”, llamaron “el diablo” a la vicepresidenta Kamala Harris, y señalaron que la demócrata —quien busca convertirse en la primera mujer y en la primera mujer de raza negra en llegar a la presidencia— había iniciado su carrera siendo prostituta.
“No sé si ustedes sepan esto, pero literalmente hay una isla de basura flotante en medio del océano en este momento. Creo que la llaman Puerto Rico”, dijo Tony Hinchcliffe, un comediante cuyo acto también incluyó comentarios lascivos y racistas sobre los latinos, judíos y afrodescendientes, todos ellos grupos de electores clave.
El equipo de campaña de Trump, usualmente combativo, tomó la inusual medida de distanciarse de Hinchcliffe.
“Esta broma no refleja las posturas del presidente Donald Trump ni de su campaña”, declaró la asesora Danielle Alvarez en un comunicado.
Sin embargo, hubo otros oradores que también realizaron comentarios incendiarios. David Rem, un amigo de la infancia de Trump, se refirió a Harris como “el anticristo” y “el diablo”. El empresario Grant Cardone le dijo a la multitud que Harris y sus “proxenetas destruirán a nuestro país”.
El evento fue reflejo del tono que ha utilizado el expresidente a lo largo de su tercera campaña rumbo a la Casa Blanca.
Trump a menudo se refiere a Harris en términos ofensivos y personales, poniendo en tela de juicio en las últimas semanas la estabilidad mental y la inteligencia de la candidata demócrata, además de llamarla “holgazana”, un calificativo racista que se ha usado de forma habitual desde hace tiempo en contra de las personas afrodescendientes.