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Como una expresión de tradición, identidad única y orgullo que caracteriza a Iztapalapa y sus ocho barrios se llevó a cabo en esa demarcación la representación que cumple ya 181 años de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Los participantes y el público asistente se dieron cita para la tradicional caminata por los ocho barrios: San Lucas, San Pablo, San Pedro, San José, Asunción, Santa Bárbara, San Ignacio y San Miguel.

Con la cruz sobre los hombros, los nazarenos comenzaron su recorrido desde la Catedral de Iztapalapa para cumplir sus mandas.
En la macroplaza, ante miles de personas, Jesús fue presentado ante Poncio Pilato, a quien el pueblo le pidió la sentencia de muerte para Cristo.

Jesús recibió 39 latigazos y le fue colocada la corona de espinas. Al cabo de esta representación, inició el viacrucis.

Con una cruz de 90 kilos sobre el hombro, Cristo inició un recorrido de dos kilómetros al cerro de la Estrella donde miles de personas fueron testigos del último pasaje, la crucifixión

Los asistentes a esta representación que ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de México destacaron la labor de los actores.

Al término de la representación, el alcalde Raúl Basulto Luviano manifestó que las actividades llevadas a cabo desde el Domingo de Ramos hasta ayer, dejaron una derrama de más de 200 millones de pesos.
En conferencia de prensa, dijo que se brindaron 677 atenciones prehospitalarias a personas por diferentes padecimientos, la mayoría por heridas en los pies.

Precisó que en el operativo para resguardar las fiestas religiosas participaron 536 trabajadores Protección Civil local y de la Ciudad de México, personal de la Secretaría de Salud y dos mil trabajadores de la alcaldía.

En tanto, el edil de Iztapalapa añadió que los organizadores de estos pasajes bíblicos buscan que la UNESCO reconozca a la Representación de la Pasión y Muerte de Cristo en Iztapalapa como patrimonio intangible de la humanidad.