El cierre de 2025 nos regala una postal clásica: Cristiano Ronaldo celebrando goles en Asia mientras Messi hace lo propio en América. Los estilos son distintos, pero el resultado es el mismo: redes infladas. Ronaldo ha llegado a los 956 goles oficiales tras su última exhibición con Al Nassr, donde mezcló su instinto de cazador de área con la elegancia de un gol de tacón. Su resiliencia le permite promediar cifras de escándalo incluso en el ocaso de su carrera, manteniendo un ritmo que lo encamina directamente al millar de anotaciones.
Lionel Messi, con 896 goles, juega un juego de paciencia y precisión. Aunque disputa menos partidos por temporada en la MLS, su ratio de goles por partido sigue siendo superior al del portugués. Su reciente gol ante Cincinnati en los Playoffs subraya que Messi no necesita la cantidad de juegos de Ronaldo para mantenerse en la pelea. El argentino apuesta por la calidad de sus intervenciones, sabiendo que cada vez que pisa el área, la probabilidad de que el récord de CR7 se acorte es máxima.
La tabla histórica de goleadores ya parece un monumento dedicado a su rivalidad. Al superar a Bican, Romario y Pelé, ambos han validado que vivimos en la era más prolífica del fútbol profesional. Lo que separa a estos dos del resto no es solo la cantidad, sino la capacidad de haber mantenido este nivel de competencia mutua durante 20 años, algo que ni los más grandes goleadores del siglo XX pudieron sostener con tal intensidad.
Detrás de ellos, la brecha es un desierto. Lewandowski, con sus 706 goles, es el único que ha logrado mantenerse en el radar, pero incluso él se encuentra a casi 200 goles de distancia del argentino. Suárez y Benzema, otros dos históricos de nuestra época, han quedado relegados a una segunda línea que evidencia que Messi y Ronaldo no solo son los mejores, sino que operan bajo leyes físicas y estadísticas diferentes al resto de sus colegas en activo.
El futuro del récord recae en Mbappé (26 años) y Haaland (25 años). El francés acumula la experiencia y los goles que Ronaldo tenía a su edad en el Real Madrid, mientras que el noruego rompe redes con una frecuencia que asusta. Sin embargo, para alcanzar los 900 o 950 goles, deberán mantener su salud y hambre de gol hasta pasados los 40 años, un sacrificio que solo Messi y Cristiano han estado dispuestos a realizar en la historia del deporte rey.




