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Lo que comenzó como una molestia menor en el brazo se ha convertido en la peor pesadilla de Jack Draper. El tenista zurdo anunció oficialmente que se perderá el inicio de la temporada 2026 en Australia, prolongando una inactividad que comenzó tras su breve y doloroso paso por el US Open el año pasado. El número 10 del mundo reconoció que la complejidad de esta lesión ha superado cualquier otro problema físico que haya enfrentado en el pasado, obligándolo a ser extremadamente cauteloso.

El historial de Draper en los últimos meses ha sido alarmante para sus aspiraciones. Tras un Wimbledon brillante, su cuerpo dijo basta; en Nueva York apenas pudo jugar un partido contra Gómez antes de no presentarse a su duelo de segunda ronda contra Bergs. Desde ese momento, el circuito no volvió a ver la potencia del británico en todo el 2025, y ahora, el inicio de 2026 también queda marcado por la incertidumbre médica en un brazo que no termina de sanar al cien por ciento.

Resulta paradójico que esta crisis física coincida con el mejor momento tenístico de su vida. Draper cerró el 2025 con estadísticas de élite, destacando su coronación en Indian Wells, donde demostró que su servicio y derecha son de los mejores del planeta. Su entrada al Top 5 fue un aviso de que el recambio generacional era una realidad, pero la fragilidad de su físico ha vuelto a poner un signo de interrogación sobre su capacidad para sostener ese nivel durante una temporada completa.

La ausencia en el Abierto de Australia significa la pérdida de una oportunidad valiosa para sumar puntos en el ranking, pero Draper está convencido de que volver antes de tiempo sería un error fatal. En su mensaje a los fans, destacó que jugar al mejor de cinco sets bajo el calor extremo de Melbourne sería contraproducente en esta fase final de su proceso. Su enfoque ahora está puesto en fortalecer el brazo para que el resto del 2026 sea una historia de triunfos y no de retiros médicos.

El mensaje de Jack termina con una nota de optimismo y madurez deportiva. A pesar del dolor de perderse un Grand Slam, el británico asegura estar más motivado que nunca para regresar y demostrar que su lugar en la élite no fue una casualidad. Mientras Melbourne Park se prepara para recibir a las estrellas en enero, Draper continuará su batalla privada en el gimnasio y la cancha de práctica, con la esperanza de que el 2026 sea finalmente el año de su consagración física.