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Javier Aguirre ha demostrado una vez más por qué es el técnico más respetado en la historia del fútbol mexicano. Su reciente inclusión en la lista de los diez mejores entrenadores de selecciones del planeta por la IFFHS es el resultado de una gestión basada en la disciplina y el orden. En un año donde el pesimismo rodeaba a la Selección, el «Vasco» logró revertir la narrativa, convirtiendo las dudas en certezas y ganándose un lugar entre la élite estratégica global. Aguirre comparte este listado con figuras de la talla de Luis de la Fuente, Lionel Scaloni y Roberto Martínez, lo que resalta la magnitud de su impacto en el último año natural.

La cohesión del plantel ha sido la clave del éxito en este ciclo 2025. Aguirre ha logrado conectar con una generación de futbolistas que, anteriormente, lucía desconectada y falta de confianza. Bajo su tutela, la Selección Mexicana ha dejado de ser un conjunto de individualidades para convertirse en un equipo compacto. Esta relación técnico-jugador ha sido fundamental para que México volviera a dominar su zona y se ganara el respeto internacional.

El título de la Copa Oro no solo fue un éxito deportivo, sino una validación política para el proyecto de Aguirre. Al conquistar el certamen regional, el estratega compró el tiempo y la paciencia de los medios y la afición, elementos escasos en el entorno del Tri. Este crédito le ha permitido experimentar con nuevos nombres y fortalecer la estructura defensiva, preparándose para los retos de mayor envergadura que presentará la justa mundialista.

Ante la responsabilidad de ser anfitrión en 2026, la experiencia de Aguirre en ligas de élite como la española juega un papel crucial. A diferencia de sus contrapartes en la CONCACAF, Javier posee el temple necesario para absorber la presión mediática y proteger a sus jugadores. Su presencia en el banquillo funciona como un mensaje de autoridad, asegurando que México no solo participará, sino que competirá con argumentos sólidos ante las potencias.

El reconocimiento de la IFFHS es solo un paso en el ambicioso plan del «Vasco». Aguirre sabe que el verdadero éxito se medirá por lo que suceda en el campo durante la Copa del Mundo, donde aspira a llevar a México a terrenos nunca antes explorados. Con el respaldo de los números y un vestidor unido, el seleccionador nacional tiene la oportunidad histórica de redimir a una generación y dejar un legado imborrable en el deporte nacional.