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La Liga MX ha dejado de ser un espectador en el mercado global para convertirse en un protagonista de primer nivel. El torneo Apertura 2025 será recordado por la llegada de auténticas bombas internacionales que elevaron la inversión extranjera a los 47.5 millones de dólares. Clubes como Rayados, Tigres y América lideraron esta ofensiva, demostrando que el poder adquisitivo del fútbol mexicano puede competir con ligas tradicionalmente más ricas.

El fichaje de Anthony Martial por el Monterrey, la llegada de Ángel Correa a los Tigres de la UANL y la incorporación de Allan Saint-Maximin a las Águilas del América sacudieron el mercado. Estos 58 movimientos internacionales no solo representan una cifra económica imponente, sino un cambio de estrategia: ahora se busca talento con cartel europeo para garantizar el éxito deportivo y comercial. Esta apuesta por el espectáculo ha sido clave para mantener a la afición conectada y expectante.

Sin embargo, el músculo financiero no solo se mostró hacia afuera, sino que el mercado doméstico también rompió barreras. Con 61 transferencias entre equipos locales, la liga movió mil 392 millones de pesos, una cifra que supera por amplio margen los registros de los últimos cuatro años. Este dinamismo interno asegura que el dinero circule dentro de la misma estructura de la Liga MX, fortaleciendo la economía de todos los clubes participantes.

La evolución financiera del último lustro es el reflejo de una liga que ha aprendido a monetizar su pasión. Desde los 610.3 millones registrados en 2022 hasta los casi mil 400 millones actuales, el crecimiento ha sido constante y agresivo. Los directivos han entendido que, para competir en un entorno globalizado y frente a ligas como la MLS, la inversión constante en activos deportivos es la única vía para el crecimiento sostenible.

El éxito económico del Apertura 2025 plantea un nuevo estándar para los próximos torneos. Con una inversión total que combina lo mejor del mercado local y las estrellas internacionales, la Liga MX se consolida como un ecosistema financiero robusto. El desafío ahora será traducir estos millones de dólares en una mejora sustancial del nivel futbolístico que se despliega cada fin de semana en las canchas de México.