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Alan David ‘Rey’ Picasso enfrentó la prueba más dura de su carrera y, aunque mostró un corazón inmenso, no pudo ante la perfección boxística de Naoya Inoue. En una noche estelar en Riad, el mexicano buscaba la hazaña de destronar al campeón indiscutido, pero se topó con una versión inteligente y letal del «Monstruo». Picasso resistió los doce asaltos, una medalla al honor ante un peleador que suele anestesiar a sus rivales mucho antes del campanazo final.

Desde el primer asalto, Inoue impuso condiciones con un jab intermitente que frenó las intenciones de Picasso. El mexicano tuvo dificultades para encontrar la distancia correcta, viéndose obligado a retroceder ante la presión psicológica que ejercía el japonés incluso con la guardia baja. La estrategia del capitalino de buscar el intercambio resultó peligrosa, ya que cada apertura era aprovechada por Inoue para conectar bombazos que hicieron eco en toda la arena Mohammed Abdo.

A pesar del dominio del campeón, Picasso nunca dejó de intentar. En diversos pasajes del combate, el mexicano logró acortar distancias y conectar golpes que animaron a la afición azteca presente; sin embargo, la sensación de falta de pegada fue evidente frente a la solidez de mármol del nipón. Inoue, con una precisión de cirujano, descifró rápidamente los movimientos de Picasso, respondiendo con combinaciones largas que inclinaron la balanza de las tarjetas de forma definitiva.

El desgaste físico se hizo notar en el rostro del mexicano hacia los rounds de campeonato. Inoue, aunque redujo la intensidad en el último episodio para no exponerse a un golpe de suerte, mantuvo el control absoluto de las acciones. La defensa de Picasso fue heróica, logrando mantenerse de pie ante los embates de un hombre que castigó sistemáticamente su cuerpo y rostro, demostrando por qué es considerado uno de los mejores libra por libra de la historia moderna.

El veredicto final de los jueces (120-108, 119-109 y 117-111) reflejó una superioridad que Picasso reconoció con hidalguía al finalizar el duelo. El mexicano pierde su invicto, pero gana la experiencia de haber sobrevivido a la tormenta japonesa en el escenario más grande del mundo. Por su parte, Inoue reafirma su estatus de monarca indiscutido y ya mira hacia el 2026, donde el nombre de Junto Nakatani resuena como el próximo gran desafío en el horizonte.