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La Navidad de 2025 en el Arrowhead Stadium no fue la fiesta que la «Chiefs Kingdom» esperaba, sino un escenario cargado de nostalgia y melancolía. En medio de rumores de un retiro inminente, Travis Kelce disputó lo que podría ser su último partido en casa, enfrentando no solo a los Denver Broncos, sino a la realidad de una temporada atípica. Por primera vez en una década, los vigentes campeones de la AFC quedaron fuera de los playoffs, marcando el fin de una era de dominio absoluto en la liga.

El encuentro estuvo marcado por la adversidad desde antes del silbatazo inicial, con las bajas sensibles de Patrick Mahomes y Gardner Minshew por lesiones de rodilla. Kelce, operando con el tercer mariscal Chris Oladokun, registró 5 recepciones para 36 yardas, cifras discretas para su estándar pero fundamentales en el intento de remontada final. A pesar de su esfuerzo, los Chiefs cayeron 20-13, dejando al estelar ala cerrada con un récord de 6-10 y la sensación de haberlo dado todo en una causa perdida.

A sus 36 años, el cuatro veces All-Pro mostró que su compromiso con la organización sigue intacto, negándose a abandonar el barco a pesar de la eliminación matemática. «Sentí un montón de emociones», declaró Kelce tras el juego, reconociendo el peso del momento y la oportunidad de guiar a los jugadores más jóvenes en horario estelar. Con tres anillos de Super Bowl en su vitrina, el orgullo del veterano fue uno de los pocos puntos luminosos en una ofensiva que apenas logró generar 139 yardas totales.

Sobre el futuro, la incertidumbre persiste, aunque el tono de sus palabras tras el encuentro sonó a despedida. Kelce evitó confirmar su retiro definitivo, señalando que será una decisión que tomará junto a su familia, sus amigos y la directiva de los Chiefs cuando termine la campaña. No obstante, con solo un partido restante en el calendario una visita a Las Vegas, el mundo de la NFL se prepara para la posibilidad de que el legendario número 87 haya colgado los botines ante su público.

Si este fue el adiós, Kelce se marcha como el mejor ala cerrada en la historia de la franquicia y uno de los más grandes de todos los tiempos. Con 11 selecciones al Pro Bowl y el récord histórico de yardas por recepción para un jugador de los Chiefs, su legado en Kansas City es inamovible. Mientras el equipo se prepara para una reconstrucción en 2026, el eco de su «Cero Miedo» y su entrega en esta Navidad gris quedarán grabados como el último gran gesto de un campeón.