Estados Unidos interceptó e incautó un buque petrolero en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, informaron a Reuters tres funcionarios estadounidenses, en una operación liderada por la Guardia Costera. El hecho ocurre pocos días después de que el presidente Donald Trump anunciara un “bloqueo total” a todos los petroleros sancionados que entren o salgan del país sudamericano.
Las autoridades, que hablaron bajo anonimato, no precisaron el punto exacto de la operación. Ni la Guardia Costera ni el Pentágono ofrecieron comentarios, mientras que la Casa Blanca no respondió a las solicitudes de información. Se trata de la segunda incautación de un petrolero sancionado en semanas recientes.
Desde la primera operación, registrada frente a Caracas la semana pasada, se ha generado un embargo de facto, con buques cargados con millones de barriles de crudo que permanecen en aguas venezolanas para evitar ser confiscados. Como consecuencia, las exportaciones de petróleo venezolano han caído drásticamente.
Aunque muchos buques que transportan crudo venezolano están bajo sanciones, otros —incluidos algunos que movilizan petróleo de Irán y Rusia— no lo están. Empresas como Chevron continúan exportando crudo venezolano mediante permisos especiales y buques autorizados.
China, principal comprador del petróleo venezolano, adquiere alrededor del 4% de sus importaciones de este origen, y los envíos de diciembre apuntan a más de 600 mil barriles diarios, según analistas. Por ahora, el mercado se mantiene abastecido, con grandes volúmenes de crudo almacenados en petroleros frente a las costas chinas.
No obstante, expertos advierten que si el bloqueo se prolonga, la pérdida de casi un millón de barriles diarios podría impulsar al alza los precios internacionales del petróleo.
Desde la imposición de sanciones energéticas en 2019, Venezuela ha recurrido a una “flota en la sombra” para exportar crudo, utilizando petroleros que ocultan su ubicación o que han sido sancionados por transportar petróleo iraní o ruso.
La presión de Washington sobre el gobierno de Nicolás Maduro también ha incluido un incremento de la presencia militar estadounidense en la región y ataques contra buques en el Pacífico y el Caribe, que, según fuentes citadas por Reuters, han dejado al menos 100 muertos. Trump incluso ha advertido sobre la posibilidad de operaciones terrestres.
Maduro denunció que el despliegue militar estadounidense busca derrocar a su gobierno y apoderarse de las reservas petroleras venezolanas, las mayores del mundo dentro de la OPEP.









