La temporada de inconsistencia de los Miami Dolphins tuvo su punto más bajo en la derrota del Monday Night Football contra los Steelers, un resultado que los dejó fuera de la lucha por el comodín de playoffs. El principal señalado es el mariscal de campo Tua Tagovailoa, cuyo rendimiento crítico ha llevado al entrenador Mike McDaniel a considerar seriamente un cambio de timón.
A pesar de registrar 20 pases de anotación en 2025, el pecado capital de Tua son las entregas de balón. Con 15 intercepciones, Tagovailoa lidera la NFL en esa métrica negativa, una estadística que neutraliza sus momentos de brillantez.
Incluso en la derrota ante Pittsburgh, sus números finales (22/28, 253 yardas, 2 TDs y 1 INT) son un espejismo. La mayor parte de su producción ofensiva llegó cuando el marcador ya reflejaba un contundente 28-3 en contra.
Tagovailoa no eludió la responsabilidad y ofreció una cruda autoevaluación: “Tengo que jugar mejor. Tengo que ser mejor para nuestros muchachos a la ofensiva. En segundo lugar, estoy bastante decepcionado por cómo preparé a nuestros receptores, en cuanto a la operación, en cuanto a que los jugadores sepan dónde alinearse y en cuanto a la comunicación con el personal”, admitió el jugador.
La presión es tan alta que Mike McDaniel declaró que «todo está sobre la mesa» respecto a la titularidad del quarterback. Sin embargo, la opción de respaldo es el ex-Jet Zach Wilson, quien aún no ha demostrado ser una solución viable en la NFL. El destino de Tua, y el de la ofensiva de Miami, pende de un hilo en las últimas semanas de una temporada que prometía mucho y terminó en decepción.








