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La crisis de los Washington Commanders se profundizó hasta un nivel doloroso el domingo, no solo por la octava derrota consecutiva, sino por la lesión que podría dejar fuera al ala cerrada veterano Zach Ertz. El equipo sufrió una blanqueada de 31-0 ante los Vikings, su primera desde 2019, pero la imagen más desoladora fue ver a Ertz, de 35 años, abandonar el vestuario con muletas.

El entrenador Dan Quinn confirmó la gravedad del panorama, indicando que se teme la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla derecha, lo que se confirmará con una resonancia magnética. «Las primeras señales no son buenas», admitió Quinn, reflejando la frustración y la preocupación que invadieron el vestuario.

Ertz, un veterano de 13 años y ganador del Super Bowl con Filadelfia, fue derribado en el centro del campo en el tercer cuarto. No pudo apoyar la pierna y fue trasladado en camilla, dejando el juego en medio de una ofensiva que ya había perdido a su quarterback titular, Jayden Daniels, por una lesión en el codo. La salida del experimentado ala cerrada agrava la crisis de liderazgo y producción del equipo.

A pesar de la pobre temporada de Washington, Ertz ha mantenido su nivel histórico, sumando 50 recepciones para 504 yardas en 2025. Su potencial baja es un golpe duro para una ofensiva que se apoyaba en él como una referencia confiable. Solo Travis Kelce lo supera en recepciones (1063 contra 825) desde su debut en 2013, un testimonio de su longevidad y eficiencia.

La combinación de la blanqueada y la seria lesión de su líder en recepciones generó una ola de «frustración y emoción» en el equipo, según Quinn. La caída libre de los Commanders en el campo se ve ahora reflejada en la incertidumbre sobre la salud de uno de los alas cerradas más importantes de la última década.