The New York Times presentó una demanda contra el Pentágono por las nuevas restricciones impuestas a la prensa para cubrir información relacionada con el Ejército. Según el diario, la política constituye “un esquema restrictivo de la libertad de expresión y de prensa” que, de acuerdo con precedentes de la Corte Suprema y del Tribunal del Circuito de Washington D.C., viola la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense.
Las nuevas directrices del Pentágono incluyen limitaciones estrictas de acceso físico a las instalaciones y restricciones al uso de fuentes. Su implementación provocó que, el pasado 16 de octubre, fecha límite para aceptarlas, numerosos medios entregaran sus credenciales en señal de rechazo, incluidos corresponsales con más de tres décadas cubriendo la sede militar.
En su demanda ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Washington, el NYT sostiene que las normas buscan cerrar el acceso a áreas históricamente abiertas a la prensa. Especialmente a organizaciones que investigan e informan “sin temor ni favoritismos” sobre el Departamento de Defensa.
El periódico solicita bloquear la aplicación de la política y declarar ilegales las disposiciones que afectan el ejercicio de los derechos protegidos por la Primera Enmienda.
El Pentágono defendió la medida al argumentar que regula el acceso a instalaciones militares como un privilegio. También, aseguró que las nuevas reglas buscan evitar filtraciones que puedan comprometer la seguridad operativa y nacional.
Nuevos medios: Influencers, blogueros en el Pentágono
El 2 de diciembre, durante la primera sesión informativa tras la retirada masiva de acreditaciones, la sala de prensa fue ocupada por influencers, blogueros y reporteros de “nuevos medios”.
Algunos de ellos, como Lance Johnston, miembro de la organización conservadora Fearless Media, celebraron en redes sociales que ahora ocupaban los escritorios donde durante décadas trabajaron periodistas de medios como The Washington Post, The New York Times o CNN.
