Los equipos de rescate trabajaron toda la noche en la ciudad de Ternópil, en el oeste de Ucrania, tras un ataque ruso que destruyó dos edificios de apartamentos y dejó al menos 26 muertos, incluidos tres niños, informó el presidente Volodymyr Zelensky.
Más de 20 personas siguen desaparecidas y el número de víctimas podría aumentar, ya que los rescatistas continúan buscando sobrevivientes entre los escombros. Zelensky pidió a los aliados incrementar la presión sobre Moscú para poner fin a la agresión.
El ataque del martes por la noche, uno de los más mortíferos en esa región desde el inicio de la guerra, motivó a la OTAN a desplegar aviones de combate sobre Polonia y Rumania. Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia utilizó cientos de drones y decenas de misiles, incluido el Kh-101, diseñado para evadir sistemas antiaéreos.
Rumania confirmó que desplegó dos aviones Eurofighter, parte de la flota de la OTAN, y posteriormente dos cazas F-16 tras detectar la incursión de un dron ruso en su espacio aéreo.
El ministro del Interior ucraniano, Ihor Klymenko, señaló que el ataque afectó especialmente a dos complejos de nueve plantas, provocando graves daños y dejando decenas de personas sin hogar en una ciudad que hasta ahora se consideraba una de las más seguras del oeste ucraniano.
En paralelo, una delegación del Pentágono, encabezada por el secretario del Ejército de EE. UU., Dan Driscoll, visitó Kiev para dialogar con autoridades ucranianas.
La visita ocurre en medio de rumores sobre la propuesta de un acuerdo de paz trabajado entre Rusia y Estados Unidos, que podría implicar ceder territorio de Ucrania y la reducción del tamaño de su ejército.

















