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La confirmación de Bad Bunny como headliner del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026 no ha dejado a nadie indiferente. La selección del artista puertorriqueño, famoso por su impacto global, generó de inmediato opiniones divididas. Mientras un sector celebra la apuesta de la NFL por la música latina y trap, otro grupo de aficionados y figuras icónicas de la liga cuestionan la dirección del entretenimiento del evento.

En medio de esta discusión pública, Brett Favre, una de las figuras más respetadas y emblemáticas en la historia de la NFL, irrumpió con una voz de rechazo. El exmariscal de campo expresó su desacuerdo con la participación del cantante, sumándose a quienes piden un perfil diferente para un escenario tan tradicional como el medio tiempo del Super Bowl. Las declaraciones de Favre han reavivado el debate sobre qué tipo de artista debe encabezar este show.

Utilizando su plataforma, el podcast 4th & Favre, el miembro del Salón de la Fama profundizó en su postura. Favre, cuya legitimidad deportiva fue cimentada con el anillo del Super Bowl XXXI (1996) liderando a los Green Bay Packers a la victoria sobre los New England Patriots, no solo criticó la elección, sino que sugirió abiertamente otros nombres que, en su opinión, encajarían mejor con el evento.

Las palabras de Favre mantienen viva la conversación sobre la diversidad musical y el rumbo del Super Bowl, el evento deportivo más visto del planeta. La polémica promete seguir escalando mientras se acerca el domingo 8 de febrero de 2026, fecha en la que se disputará el Super Bowl LX. La presencia de Bad Bunny es, sin duda, un imán de atención global.

Para entender el peso de esta controversia, es crucial recordar el contexto actual de la liga. El último campeón del Super Bowl (LIX) fueron los Philadelphia Eagles, y los equipos con más títulos en la historia son los Pittsburgh Steelers y los New England Patriots, ambos con seis trofeos. En esta liga de tradiciones, la decisión de la NFL de optar por una figura contemporánea y polarizante como Bad Bunny es un claro intento de expandir su audiencia.