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El deporte mexicano ha despedido a una de sus figuras más queridas y polifacéticas: Vicente Zarazúa, quien falleció a los 81 años. El ex tenista no solo brilló en las canchas, sino que también tuvo un «brillante paso» en la gestión deportiva, dejando un legado que abarca desde el tenis de élite hasta la dirección del fútbol mexicano.

Su nombre quedó inscrito en letras doradas en la historia olímpica de México. En los Juegos Olímpicos de México 1968, cuando el tenis volvió como disciplina de exhibición, Zarazúa consiguió una proeza al hacer dupla con Rafael Osuna para conquistar dos medallas de oro. Este logro, que consolidó su estatus como uno de los tenistas más destacados de su época, es el pico de una trayectoria admirada por múltiples generaciones.

La conexión de Zarazúa con el tenis perdura a través de su familia, siendo tío de la tenista profesional Renata Zarazúa, quien actualmente compite en el circuito WTA. Su legado en las canchas y su influencia son un testimonio de la pasión que siempre mantuvo por el deporte blanco.

El fútbol mexicano se conmocionó con la noticia, pues Zarazúa también fue un destacado directivo del Necaxa. Mikel Arriola, presidente de la Liga MX, expresó su profundo lamento en redes sociales, destacando la «invaluable huella» de Zarazúa en la historia del tenis y su «entusiasmo» en el fútbol nacional. Su paso por el club dejó una marca de liderazgo y compromiso.

Las múltiples muestras de respeto que inundaron las redes sociales tras su fallecimiento este viernes 14 de noviembre confirman el cariño y la admiración que la comunidad deportiva sentía por él. Vicente Zarazúa será recordado como un atleta y directivo que trascendió fronteras deportivas, dejando un legado de éxito y pasión en el deporte nacional.