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La Casa de la Moneda de Estados Unidos produjo este miércoles el último centavo, poniendo fin a más de 230 años de historia de la icónica moneda conocida como penny. Con un costo de fabricación cercano a los cuatro centavos por unidad, su producción dejó de ser viable y el gobierno decidió retirarla definitivamente.

El tesorero Brandon Beach encabezó el acto en la sede de Filadelfia, donde se acuñó el último lote. “Vamos a ahorrar a los contribuyentes 56 millones de dólares”, afirmó antes de mostrar las últimas monedas, que serán subastadas. Aunque los pennies seguirán siendo de curso legal, no se producirán más.

La orden de descontinuación fue emitida por el presidente Donald Trump, quien calificó la fabricación como “derrochadora” debido al creciente costo y al escaso valor práctico de la moneda.

En la fábrica, los trabajadores presenciaron en silencio la última acuñación, un momento que muchos describieron como emotivo, simbolizando la despedida de “un viejo amigo”. La última moneda estadounidense retirada del sistema había sido el medio centavo en 1857.

La eliminación generó preocupación entre minoristas, que no recibieron instrucciones claras sobre cómo manejar precios y cambios. Algunos optaron por redondear montos o pedir a los clientes que llevaran el monto exacto.

Defensores de la medida destacan el ahorro económico y la simplificación de transacciones, siguiendo el ejemplo de países como Canadá, que eliminó su centavo en 2012. Sin embargo, coleccionistas e historiadores lamentan la pérdida de un símbolo cultural con valor histórico y artístico.

“Las monedas cuentan quiénes somos”, señaló el historiador Frank Holt, recordando que los centavos han reflejado durante siglos la identidad y los ideales del país.