Saltar al contenido principal
Publicidad

La NBA ha puesto fin a meses de especulación y ha oficializado el formato «Estados Unidos contra el Resto del Mundo» para su Juego de Estrellas. Este cambio radical busca inyectar competitividad a un evento que había perdido interés y, a su vez, capitalizar la influencia global de la liga. El nuevo torneo se jugará en el Intuit Dome de Inglewood, California, el 15 de febrero, en plena coincidencia con los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán-Cortina, un factor que el Comisionado Adam Silver considera clave para generar orgullo nacional.

El nuevo formato de votación es el primer cambio estructural. La liga eliminará las designaciones de posición para los jugadores, pidiendo a los aficionados que simplemente elijan a cinco jugadores del Este y cinco del Oeste, sin importar si son escoltas o delanteros. El peso del voto (50% aficionados, 25% jugadores, 25% prensa) se mantendrá para elegir a los 10 titulares, mientras que los entrenadores de la liga seleccionarán a los 14 suplentes.

La decisión de dividir los equipos por nacionalidad subraya el dominio que los jugadores internacionales ejercen actualmente en la NBA. Jugadores nacidos fuera de Estados Unidos han acaparado los últimos siete premios MVP y los últimos cinco títulos de rebotes, con el canadiense Shai Gilgeous-Alexander como ejemplo más reciente al ganar el MVP y el campeonato la temporada pasada. Esta realidad se busca explotar con un formato que genere una rivalidad de naciones.

Estructuralmente, el All-Star será un mini-torneo de tres equipos, con dos equipos de ocho jugadores estadounidenses (16 en total) y un equipo de ocho internacionales. Si la votación no produce esta proporción exacta de 16-8, Adam Silver tiene la potestad de añadir jugadores hasta completar las plantillas mínimas. La NBA aún debe detallar cómo se asignarán los jugadores a los dos equipos estadounidenses y cómo se seleccionarán los tres entrenadores principales.

La liga ha intentado diversas fórmulas en el pasado para rescatar el Juego de Estrellas, desde elegir capitanes como LeBron James y Kevin Durant, hasta establecer un marcador objetivo (formato Elam Ending) que produjo el memorable partido de 2020. Sin embargo, el partido de 2024, con su resultado de 211-186, se consideró un fracaso, lo que obligó a la NBA a buscar esta nueva y ambiciosa solución global.