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La investidura número 13 del Salón de la Fama del Fútbol en Pachuca congregó a 18 figuras legendarias en una emotiva ceremonia que las inmortalizó. En medio de la fría noche de Hidalgo, los galardonados abrieron su corazón para expresar su gratitud. El primer honor de la noche fue para el excapitán de la selección brasileña, Dunga, quien al recibir el reconocimiento de la Clase 2025, se declaró abiertamente aficionado de la Selección Mexicana para el Mundial de 2026.

La emotividad fue especialmente intensa en el bloque de investidos nacionales. Ignacio Ambriz protagonizó uno de los momentos más conmovedores al recordar en su discurso anécdotas con su madre. La gran ovación de la noche fue para Guadalupe Tovar, una de las pioneras del fútbol femenil en México, cuyo reconocimiento la hizo llorar y estremecerse ante el público.

Las lágrimas continuaron con Luis Flores, quien con un tono nostálgico agradeció a su familia y a su padre y mentor, Nacho. «Parece que estoy en Azteca esperando el Mundial del 86, muy nervioso. Quiero agradecer a mi gente, me siento orgulloso de honrar a mi gran maestro a mi padre Nacho”, expresó Flores. El resto de figuras nacionales reconocidas fueron el exseleccionado Gerardo Torrado, Miguel España y Oswaldo Castro.

El talento internacional también se lució con la presencia del carismático René Higuita, el arquero colombiano famoso por su jugada «El Escorpión». Higuita recibió su galardón de manos de su amigo Jorge Campos y se dio tiempo de recordar sus hazañas en el fútbol, incluyendo su paso por la Liga MX con los Tiburones Rojos del Veracruz.

Otros íconos de talla mundial que ingresaron al recinto fueron el español Iker Casillas, el uruguayo Diego Forlán, y figuras europeas como Gary Lineker, Ronald Koeman y Ubaldo Fillol. El propio Casillas, quien fue multicampeón con el Real Madrid, recordó que Dunga fue una de sus motivaciones en sus inicios, destacando el calibre de las leyendas reunidas en el Salón de la Fama.