La atmósfera en el box de Ferrari se tornó tensa tras un dramático Gran Premio de Brasil para Lewis Hamilton, quien tuvo que abandonar la carrera en la vuelta 39 debido a graves daños en el fondo plano de su monoplaza. El infortunio del piloto británico comenzó con una colisión en la primera vuelta que involucró a Carlos Sainz y Franco Colapinto, marcando un día para el olvido que simboliza su frustrante temporada con la Scuderia.
Sin embargo, la polémica no tardó en surgir. El jefe de equipo, Frederic Vasseur, fue percibido como poco comprensivo. En una declaración poscarrera, y en aparente alusión a la mala suerte de Hamilton, Vasseur destacó únicamente la actuación de su compañero: “No me puedo quejar del ritmo este fin de semana, al menos en lo que respecta a Charles”.
Este comentario fue tomado como una crítica personal a Hamilton, cuyo ritmo fue objetivamente inferior al de Charles Leclerc durante todo el fin de semana. Leclerc había superado a Hamilton en la clasificación y en el Sprint, aunque su propia carrera principal fue arruinada por un contacto con Kimi Antonelli. Los aficionados reaccionaron con dureza, tachando la observación de Vasseur de «sospechosa» y «sarcástica», e incluso cuestionando el valor de la experiencia que Hamilton debía aportar al equipo.

Con solo tres fines de semana restantes, Hamilton sigue sin lograr un podio en su temporada de debut en rojo, situándose 66 puntos por detrás de Leclerc en el Campeonato de Pilotos, quien acumula siete podios. A pesar de todo, Hamilton mantiene una postura de fe y determinación: “Realmente creo que algo bueno nos espera, algo positivo nos espera. Tengo que creerlo”.
















