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El Santos sufrió una dolorosa caída 3-2 ante Flamengo este domingo, un resultado que lo mantiene hundido en los puestos de descenso del Brasileirao. A solo cinco fechas del final, el conjunto paulista se encuentra a dos puntos de alcanzar la salvación, que actualmente ocupa Vitória. La situación es crítica y ejerce una enorme presión sobre el equipo y, en particular, sobre su figura, Neymar.

Neymar regresó a la titularidad por primera vez en casi dos meses, tras superar sus dolencias físicas. Pese a mostrar destellos ofensivos en el primer tiempo, su participación terminó abruptamente cuando el técnico Juan Pablo Vojvoda lo sustituyó a cinco minutos del final. El brasileño reaccionó con visible molestia, optando por dirigirse directamente al vestuario en lugar de apoyar a sus compañeros desde el banquillo.

El técnico argentino, ante las inevitables preguntas, defendió la actitud de su estrella, argumentando que la frustración es natural. «Es lógico que esté decepcionado… Considero totalmente normal que esté frustrado. Es más, tiene que ser así, muchas veces, siempre con respeto», declaró Vojvoda, insistiendo en que la decisión de la sustitución es puramente técnica.

La permanencia del Peixe en la máxima categoría no es solo una cuestión deportiva, sino que impacta directamente en la carrera de Neymar. El astro brasileño no está dispuesto a poner en riesgo sus posibilidades de formar parte de la selección de su país para el Mundial 2026. Por ello, la continuidad de Neymar en el club está ligada de forma crucial a que el Santos logre mantener la categoría.

El club paulista enfrenta ahora una batalla decisiva para evitar el temido descenso. Con un partido menos en su calendario, el Santos necesita sumar urgentemente para superar a Vitória y asegurar la permanencia. La reacción en el banquillo es un síntoma de la tensión extrema que se vive en un club que lucha por su historia en las últimas jornadas.