El Estadio Corregidora fue testigo de un adiós a la altura de una leyenda. Pablo Barrera, a sus 38 años de edad y con dos décadas de trayectoria profesional, disputó su último partido como local con el Club Querétaro. El «Dinamita» no solo recibió un emotivo homenaje de su afición, sino que fue protagonista directo en la victoria de los Gallos Blancos por la mínima diferencia (1-0) ante Mazatlán, un resultado vital en la lucha por el Play-In.
El momento cumbre del partido llegó en el segundo tiempo. Corría el minuto 58 cuando Barrera, fiel a su estilo explosivo por la banda derecha, ejecutó una brillante jugada individual. Su centro, medido y preciso, fue rematado de cabeza por el joven Alí Ávila, quien no falló para mandar el balón al fondo de la red. Esta asistencia no solo significó el único gol del partido, sino que se convirtió en la última contribución ofensiva de Barrera en su casa.
El homenaje a Barrera fue palpable desde el inicio. Los aficionados corearon con sentimiento el «olé, olé, Pablo, Pablo», mientras que un dron sobrevoló el campo en el entretiempo portando una manta con su icónico número 8. El mediocampista, que fue campeón con Pumas (Clausura 2009) y mundialista con la Selección Mexicana en Sudáfrica 2010, se despidió entre aplausos y lágrimas de su público.
Con el marcador de 1-0 a su favor, Querétaro logró sumar 17 unidades en la Jornada 16 del Apertura 2025, eliminando de paso a Mazatlán de toda posibilidad. Barrera cerró así un ciclo que incluyó superar cuatro cirugías de rodilla a lo largo de su carrera, una prueba de su indomable espíritu de lucha que lo llevó a jugar en Europa con clubes como el West Ham y el Real Zaragoza.
La emotiva tarde sella la carrera de un jugador que también ganó títulos con Cruz Azul (Copa MX y Concacaf Champions League) y dos Copas Oro con el Tri. Aunque el equipo de Benjamín Mora aún depende de una combinación de resultados y de una victoria en la última jornada ante Juárez para asegurar su boleto al Play-In, la despedida de Pablo Barrera con la histórica asistencia y el triunfo quedará grabada como una de las noches más memorables en la historia reciente de La Corregidora.










