La investigación sobre el incidente que involucró a Liam Lawson en el Gran Premio de la Ciudad de México ha llegado a una conclusión favorable para el piloto neozelandés. La FIA confirmó que el corredor del coche n.º 30 actuó de forma correcta y sin responsabilidad alguna al casi colisionar con dos comisarios que se encontraban indebidamente sobre el asfalto de la curva 1.
El estudio de la telemetría demostró que Lawson redujo considerablemente su velocidad, acatando la doble bandera amarilla desplegada en la zona. De hecho, sus frenadas fueron más tempranas y su paso por la curva fue más lento que en cualquier otra vuelta. “No tuvo ninguna culpa en este incidente”, señaló con firmeza el comunicado oficial.
El caos se originó por una confusión de órdenes: los comisarios se habían preparado para ingresar a la pista después del paso del grupo principal, pero el ingreso a boxes de Lawson cambió la secuencia del pelotón. El director de carrera revocó la instrucción, aunque algunos oficiales no recibieron la actualización a tiempo. Ese error de comunicación provocó el tenso momento que Lawson logró evitar.
A pesar de esto, OMDAI Sport México publicó días antes un comunicado responsabilizando al piloto. Según su versión, las imágenes “muestran claramente” que Lawson pudo haber maniobrado para evitar el riesgo. Sin embargo, la FIA contradijo ese argumento al explicar que el piloto reaccionó según las normas de seguridad vigentes.
El organismo internacional también expresó su agradecimiento a los comisarios por su trabajo y compromiso, subrayando que seguirá investigando junto a OMDAI y Racing Bulls para mejorar los protocolos de seguridad. Aunque el susto fue grande, la rápida reacción del piloto evitó una tragedia en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

















