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La convicción de los compradores de viviendas chinos en que los bienes raíces eran una inversión segura fue el motor del auge del sector inmobiliario en China, convirtiéndose en un pilar fundamental de su economía. Sin embargo, en los últimos dos años, a medida que las empresas luchaban con deudas masivas y las ventas de propiedades se desplomaban, los consumidores chinos han perdido la confianza en los bienes raíces como una inversión rentable.

Esta disminución de la fe en la propiedad, que solía ser la principal fuente de riqueza para muchas familias chinas, representa un desafío creciente para el gobierno, quien intenta revitalizar una industria debilitada con resultados limitados. La crisis en el sector inmobiliario chino se agravó cuando un tribunal de Hong Kong ordenó el cierre y liquidación de China Evergrande, una empresa con una deuda de más de 300.000 millones de dólares.

Evergrande, que alguna vez fue líder en la industria, ha estando en crisis durante dos años tras incumplir pagos a inversores, tratando de mantener la confianza en sus propiedades. No obstante, la crisis se prolonga y acelera. En 2023, las ventas de viviendas en China cayeron un 6,5%, y en diciembre, las ventas disminuyeron un 17,1% interanual. La inversión en nuevos proyectos también se desaceleró, con una caída del 9,6% en el desarrollo inmobiliario el año pasado.

«El mercado aún no ha tocado fondo», advierte Alicia García-Herrero, economista jefe para la región de Asia y el Pacífico de Natixis. El impacto se extiende a la economía en su conjunto, ya que los bienes raíces representan aproximadamente una cuarta parte del PIB chino. La desaceleración comenzó en 2020, cuando Beijing implementó reglas para frenar el endeudamiento excesivo de los promotores inmobiliarios, generando dificultades para liquidar préstamos y completar construcciones vendidas previamente.

De acuerdo con la empresa Nomura Securities, hay 20 millones de unidades de viviendas prevendidas aún sin terminar, necesitando 450 mil millones de dólares en financiamiento para completarse. Desde 2021, más de 50 empresas inmobiliarias chinas, incluyendo a Evergrande y Country Garden, han incumplido pagos de deuda. La situación de Country Garden se ha deteriorado, con una disminución significativa en las preventas y un empeoramiento de sus problemas financieros.

Larry Hu, economista jefe para China de Macquarie Group, describe la caída del sector como «autocumplida», ya que los problemas de deuda mantienen alejados a los compradores y presionan las ventas, exacerbando las dificultades financieras de las empresas. Hu sugiere que en 2024 el gobierno chino podría intervenir, asumiendo la responsabilidad de detener el contagio, similar a las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos durante la crisis financiera mundial con el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP).

Con información del New York Times.