El nombre de Miranda Grana quedó inscrito para siempre en la historia del deporte mexicano. La joven jalisciense logró una proeza sin precedentes al conquistar la medalla de bronce en los 200 metros dorso durante la Copa del Mundo de Curso Corto, celebrada en Westmont, California.
A sus 20 años, la mexicana marcó un tiempo de 2:01.96, nuevo récord nacional, solo superada por dos leyendas de la natación: Kaylee McKeon, de Australia, quien estableció un récord mundial con 1:57.87, y la estadounidense Regan Smith, plata con 1:57.91. Su actuación colocó a México en el radar del alto rendimiento internacional.
Más allá de la medalla, lo de Miranda representa un salto generacional en la natación nacional. Competir codo a codo con campeonas olímpicas evidencia el talento que ha cultivado desde su infancia en Jalisco, donde comenzó su trayectoria en piscinas locales hasta llegar al plano mundial.
En la Universidad de Indiana, Grana ha encontrado el entorno ideal para perfeccionar su técnica en el estilo dorso. Las competencias constantes en el circuito universitario estadounidense han fortalecido su ritmo, experiencia y confianza.
Este logro confirma que Miranda Grana es una promesa hecha realidad. Su historia demuestra que el esfuerzo y la perseverancia son la clave para alcanzar los sueños más profundos, como el que ya vislumbra en el horizonte: Los Ángeles 2028.