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Valentin Vacherot rompió todos los pronósticos en Shanghai. El monegasco de 26 años levantó su primer título profesional tras vencer a su primo Arthur Rinderknech por 4-6, 6-3 y 6-3, convirtiéndose en el jugador con el ranking más bajo (204) en ganar un Masters 1000. Su triunfo representa una de las historias más inspiradoras del tenis moderno.

El certamen fue un verdadero cuento de hadas. Vacherot superó en cuartos al talentoso Holger Rune, en semifinales al histórico Novak Djokovic, y finalmente a Rinderknech, quien venía de eliminar a Daniil Medvedev. Su consistencia y mentalidad lo llevaron a dominar con autoridad el último set, sellando la victoria con un derechazo cruzado que desató la emoción del público.

La escena final fue conmovedora. Entre lágrimas, Vacherot se cubrió el rostro antes de correr hacia su palco para abrazar a su medio hermano y entrenador, Benjamin Balleret. En un gesto de cariño familiar, escribió en la cámara: “Los abuelos estarían orgullosos”, mientras ondeaba la bandera de Mónaco.

Federer, presente en la grada, fue testigo de este triunfo que quedará grabado en la historia del tenis. El propio Vacherot reconoció entre sollozos que “esto no parece real” y que todo el esfuerzo de años había valido la pena. Su triunfo fue también una victoria emocional para toda su familia.

Gracias a esta hazaña, Vacherot ascenderá al Top 50 del mundo, llevando el nombre de Mónaco a un terreno donde pocos esperaban verlo brillar. Ahora comparte protagonismo con otra gran figura del principado: el piloto Charles Leclerc.