El arranque de los New York Jets en la temporada 2025 de la NFL se ha convertido en una pesadilla. Aaron Glenn, quien llegó con la promesa de revitalizar la franquicia, ahora enfrenta la amarga realidad de un 0-5 histórico. Tras caer 37-22 ante los Dallas Cowboys, el estratega reconoció entre la autocrítica y la frustración que la responsabilidad de este inicio recae directamente sobre él.
La defensa, antes un orgullo del equipo, atraviesa una crisis sin precedentes. Los Jets no han logrado una sola recuperación de balón en cinco partidos, una marca inédita desde 1933. Además, son la defensa más castigada del torneo con más de 31 puntos permitidos por encuentro, un dato alarmante para una unidad que había sido elite en temporadas anteriores.
Glenn, sin embargo, se mantiene fiel a su cuerpo técnico y evita decisiones precipitadas. Reiteró su apoyo total al coordinador Steve Wilks, convencido de que el problema no radica en las jugadas sino en la ejecución y la mentalidad. “Esto es un trabajo de todos. Pero como líder, sé que todo empieza por mí”, declaró con tono resignado.
El vestidor refleja la tensión. Jugadores clave como Sauce Gardner y John Simpson mostraron emociones contenidas, incluso lágrimas, al hablar de la racha negativa. Los errores ofensivos, como los balones sueltos en momentos críticos, han minado la moral del grupo, haciendo cada derrota más difícil de digerir.
Entre autocrítica y promesas de cambio, Glenn intenta mantener viva la esperanza. “Vamos a darle la vuelta, lo juro”, dijo el entrenador. Pero los aficionados de los Jets, acostumbrados al sufrimiento, saben que las palabras ya no bastan. El tiempo y las victorias serán la única medicina para este mal inicio.