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El cierre de gobierno en Estados Unidos cumple cuatro días sin avances en el Congreso, mientras demócratas y republicanos continúan sin acordar un presupuesto federal. Ante la crisis, varios legisladores de ambos partidos anunciaron que donarán sus ingresos a causas humanitarias o suspenderán sus salarios hasta que se reanuden las operaciones gubernamentales.

La paralización ha dejado a 900 mil empleados federales suspendidos y a otros 700 mil trabajando sin paga desde el 1 de octubre. Esto debido al  fracaso del Senado para aprobar los fondos antes del inicio del año fiscal. Pese a ello, servicios esenciales como control aéreo, seguridad en el transporte, la seguridad social, el departamento de seguridad nacional, y el Servicio de control de inmigración y aduanas siguen en funcionamiento.

Entre quienes renunciaron o difirieron sus ingresos destacan los republicanos Ashley Moody, Mariannette Miller-Meeks, Mike Lawler y John James. Así como los demócratas Andy Kim, Josh Gottheimer, Nellie Pou y Mikie Sherrill.

Demócratas y republicanos se responsabilizan mutuamente del primer cierre federal en siete años.