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Donald Trump volvió a encender el debate internacional al insinuar que podría bloquear ciudades consideradas “peligrosas” para albergar partidos de la Copa Mundial 2026. El mandatario estadounidense advirtió que, en caso de inseguridad, se moverían partidos a otras sedes, mencionando también a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Las declaraciones no pasaron desapercibidas y fueron respondidas con firmeza por la FIFA. Victor Montagliani, vicepresidente del organismo y presidente de la CONCACAF, enfatizó que la organización es la única con autoridad para decidir dónde se juegan los partidos. “Las sedes ya están confirmadas y no habrá cambios”, sostuvo.

El plan establecido en 2022 contempla 16 ciudades repartidas en Estados Unidos, México y Canadá, todas bajo contratos que comprometen su participación en infraestructura, seguridad y logística. Alterar la planificación a meses del inicio sería casi imposible.

Montagliani fue categórico al defender la independencia del fútbol: “El deporte es más grande que cualquier debate político. Supera a líderes y gobiernos. Esa es la belleza de nuestro juego”.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, mantiene cercanía con Trump, aunque hasta ahora no se ha pronunciado sobre las polémicas declaraciones. El máximo ente del fútbol mundial reafirma que la Copa del Mundo seguirá su curso como está planeado.