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El paddock de la Fórmula 1 perdió a uno de sus rostros más entrañables: Roscoe, el bulldog inseparable de Lewis Hamilton, falleció la noche del 28 de septiembre tras varios días luchando contra una grave neumonía. Tenía 12 años y medio.

Hamilton, profundamente afectado, compartió la dura noticia en sus redes sociales. “Traer a Roscoe a mi vida fue la mejor decisión que tomé. Fue un ángel, un verdadero amigo. Lo recordaré siempre”, expresó el siete veces campeón del mundo.

Roscoe se convirtió en un personaje entrañable dentro de la máxima categoría. Su presencia junto al piloto británico lo transformó en una figura querida por fanáticos y equipos, un símbolo de lealtad y ternura en un deporte marcado por la velocidad y la exigencia.

La Fórmula 1 también rindió homenaje con un mensaje especial: “El querido Roscoe de Lewis Hamilton trajo sonrisas al paddock y conmovió a los aficionados de todo el mundo. Descansa en paz”.

Además de acompañar a Hamilton, Roscoe forjó una carrera paralela como modelo profesional, demostrando su estilo y carisma en campañas de moda. Su legado va más allá del automovilismo: fue compañero, familia y amigo fiel de una leyenda del automovilismo.