El Paquete Económico 2026 abrió con una señal clara: la primera propuesta fiscal de Claudia Sheinbaum busca mantener la estabilidad macroeconómica que ha caracterizado al México en los últimos años. Al mismo tiempo, redefine las prioridades del gasto público, destacando la creación del Anexo Transversal 31, un apartado inédito que mide cuánto invierte el Estado en cuidados y que apunta a sentar las bases de un Sistema Nacional de Cuidados. Con ello, el presupuesto empieza a tratar el cuidado no como una carga doméstica, sino como un componente estratégico de la política social y económica.
Los Anexos Transversales del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) funcionan como una herramienta para dar seguimiento a programas y acciones que requieren la participación de distintas dependencias y niveles de gobierno. En este sentido, el Anexo denominado “Consolidación de una sociedad de cuidados” pone bajo la lupa las acciones que implementará el Estado para garantizar el derecho de las personas a ser cuidadas y a cuidar, y que constituirán una estrategia más para disminuir las desigualdades en el país.
El Gobierno de México define a los cuidados como las actividades cotidianas, remuneradas o no, que realizan las personas para garantizar la supervivencia y el bienestar integral propio o de otras personas a lo largo del ciclo de vida. Es importante tener en cuenta que para orientar la consolidación del sistema de cuidados robusto, se retomó el enfoque de las 5 R’s: Reconocer el valor del cuidado, Reducir las desigualdades que genera, Redistribuir las responsabilidades entre Estado, mercado, familias y comunidad, Recompensar con condiciones laborales y salariales dignas, y Representar a quienes cuidan y a quienes requieren cuidados en la toma de decisiones.
En cifras, el Anexo 31 concentra un monto de 466,674.9 millones de pesos, equivalente al 1.21 % del PIB y al 4.6 % del gasto neto total.
- De este presupuesto, tres ramos absorben alrededor del 97.6 % de los recursos: el Ramo 11 (Educación Pública), el Ramo 20 (Bienestar) y el Ramo 50 (IMSS).
- Asimismo, más del 80 % del financiamiento se destina a tres programas específicos: la Beca Universal de Educación Básica “Rita Cetina”, los servicios de salud del IMSS y la Pensión para Adultos Mayores. Esto refleja una fuerte concentración en transferencias monetarias y servicios de salud, mientras que la creación de infraestructura y de servicios universales de cuidado aún permanece como un reto pendiente.
El Anexo 31 agrupa en total 49 programas presupuestarios distribuidos en 19 ramos administrativos, con el objetivo de reorganizar las políticas de cuidado y garantizar el acceso efectivo a estos servicios, al tiempo que reconoce los derechos de las personas cuidadoras, históricamente invisibilizadas. Cabe subrayar que esta carga recae en su mayoría sobre las mujeres, limitando su autonomía económica y social.
De acuerdo con datos del INEGI, el valor económico del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado alcanzó en 2023 los 8.4 billones de pesos, cifra equivalente al 26.3 % del PIB. En promedio, las mujeres mexicanas dedican 39.7 horas semanales a estas actividades, mientras que los hombres apenas 15.2 horas. La reducción del tiempo destinado al trabajo no remunerado entre 2014 y 2019 fue mínima: apenas un punto porcentual menos para las mujeres y tres puntos para los hombres. Estos datos reflejan que la redistribución del cuidado sigue siendo profundamente desigual. Profesionalizar y dignificar estas labores no soólo aliviaría la carga de las mujeres, sino que también permitiría generar empleo formal y ampliar la participación de ambos sexos en distintos sectores de la economía.
La experiencia internacional confirma la necesidad de poder consolidar el sistema de cuidados, pues en En América Latina, diversos gobiernos junto con organismos como la CEPAL, ONU Mujeres, UNICEF y la OIT, así como organizaciones de la sociedad civil, trabajan en la construcción de sistemas de cuidados nacionales. Sus esfuerzos se concentran en programas de atención a la infancia y a personas mayores, en la visibilización del trabajo de cuidado no remunerado y en el diseño de políticas que reconozcan el cuidado como un derecho social. Estas experiencias ofrecen lecciones valiosas para que México consolide un sistema de cuidados inclusivo, eficiente y como un derecho humano integral.
El Sistema de Cuidados se ha colocado como un pilar central en la visión del gobierno actual para avanzar hacia una sociedad más equitativa. Se vincula con el Compromiso número 55 del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, que establece la creación de un Sistema Nacional de Cuidados a través del IMSS y el DIF, como parte de una República de y para las mujeres. A su vez, se relaciona directamente con el Eje Transversal 1 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025-2030, enfocado en garantizar la igualdad sustantiva y los derechos de las mujeres.
Reconocer el cuidado como un derecho humano, y no como una carga privada, implica garantizar el bienestar de niñas, niños, personas mayores y quienes requieren atención especializada. Al mismo tiempo, impulsa la igualdad de género y fomenta la corresponsabilidad social. La igualdad sustantiva, en este sentido, exige transformaciones estructurales más allá de lo legislativo: requiere infraestructura, servicios de calidad, políticas laborales incluyentes y un cambio cultural que elimine los estigmas que aún dificultan la participación plena de las mujeres en el mercado laboral, especialmente de las madres.
Para avanzar en esta agenda, es fundamental aprobar reformas que reconozcan el cuidado como un derecho exigible, así como políticas de conciliación entre la vida familiar y profesional. Solo así el sistema podrá convertirse en una herramienta efectiva para la autonomía económica de las mujeres, el fortalecimiento del tejido social y la construcción de una sociedad más armónica y sostenible.
La inclusión del Anexo Transversal 31 constituye un paso decisivo, pues permite visibilizar y dar seguimiento al gasto en cuidados. Sin embargo, su verdadero potencial radica en que se convierta en la base para asignar mayores recursos, fortalecer la coordinación interinstitucional y avanzar hacia un sistema integral que responda a las necesidades reales de la población. En última instancia, el derecho a la igualdad sustantiva y al cuidado debe consolidarse como parte esencial de las políticas públicas nacionales, a través de una articulación efectiva entre los poderes legislativo y ejecutivo, las instituciones y la sociedad civil.
El cuidado no debe entenderse como un gasto, sino como una inversión estratégica que impulsa la igualdad, dinamiza el desarrollo económico y fortalece la cohesión social. El Anexo 31 abre la puerta para que México se coloque a la vanguardia en la región, siempre que logre trascender la fase de visibilización presupuestaria para consolidar un sistema integral de cuidados, sostenible y universal, que garantice derechos y transforme la vida cotidiana de millones de personas.