El paso del supertifón Ragasa elevó a 17 el número de fallecidos en Taiwán, donde un lago natural colapsó e inundó el municipio de Guangfu, dejando además 32 heridos y 17 desaparecidos. Unas 135 personas fueron rescatadas, informó el Comando Central de Operaciones de Emergencia.
El primer ministro Cho Jung-tai ordenó investigar por qué las evacuaciones no se completaron, pese a que el lago era monitoreado desde julio.
Ragasa tocó tierra en la provincia china de Cantón, donde cerca de dos millones de personas fueron evacuadas y gran parte de la actividad económica quedó paralizada.
En Cantón, con cerca de 18 millones de habitantes, el Gobierno activó los “cinco paros”: suspensión de clases, labores, producción, transporte y comercio. La ciudad solo se mantienen los servicios esenciales, además de mil 570 refugios disponibles.
En el sureste de China y Taiwán, los tifones son habituales en verano y otoño, cuando las cálidas aguas del Pacífico favorecen ciclones que a menudo causan daños y afectan la economía.