El croata Nikola Pilić, uno de los grandes nombres del tenis internacional, falleció a los 86 años (causas desconocidas), dejando un legado imborrable tanto como jugador como entrenador. La Asociación Croata de Tenis confirmó su deceso este lunes.
Pilić fue finalista de Roland Garros en 1973, aunque ese mismo año quedaría marcado por encabezar el famoso boicot a Wimbledon, tras ser suspendido por la federación yugoslava. Aquella protesta reunió a 81 jugadores, incluidos 12 cabezas de serie, y cambió la historia del tenis profesional.
En su carrera ganó nueve títulos en singles, seis en dobles y se consolidó entre los mejores del circuito durante la era de los “Handsome Eight”, el grupo de pioneros que impulsó el tenis abierto.
Su impacto mayor llegó después de su retiro, al dirigir desde el banquillo a tres países distintos al título de la Copa Davis: Alemania en tres ocasiones, Croacia en 2005 y Serbia en 2010. Una hazaña sin precedentes.
Desde su academia en Múnich, Pilić moldeó a futuras estrellas como Michael Stich, Goran Ivanišević y Novak Djokovic, quien lo describía como uno de los pilares de su formación tenística y personal.