El domingo, en la antesala de las primarias de New Hampshire, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, puso fin a su aspiración a la presidencial por el Partido Republicano, terminando una campaña que no logró posicionarse como una competencia seria para el expresidente Donald Trump.
DeSantis difundió su retiro a través de un video en X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter.
El gobernador se lanzó a la carrera presidencial de 2024 con notables ventajas para desafiar a Trump. Las encuestas iniciales indicaban que DeSantis tenía una posición fuerte para hacerlo. Junto a sus aliados, acumuló un fondo político superior a los 100 millones de dólares y se enorgullecía de un destacado historial legislativo en asuntos clave para muchos conservadores, incluyendo el aborto y la enseñanza de temas raciales y de género en las escuelas.
Sin embargo, estas ventajas no resistieron los desafíos de la elección presidencial. Desde un lanzamiento de campaña con fallas técnicas hasta cambios continuos en su personal y estrategia, DeSantis batalló para mantenerse firme en las primarias. Sufrió una derrota significativa en los caucus de Iowa, perdiendo por un margen de 30 puntos porcentuales contra Trump.
Tras suspender su candidatura presidencial, el futuro político de DeSantis es incierto, y se especula que podría anunciar su apoyo a Donald Trump.