El Gobierno de Estonia acusó a Rusia de violar su espacio aéreo con tres aviones de combate MiG-31 que permanecieron 12 minutos en territorio estonio. La violación del espacio aéreo ocurrió el viernes por la mañana en el área de la isla de Vaindloo, a unos 100 kilómetros de la capital, Tallin.
El ministro de Exteriores, Margus Tsahkna, calificó el hecho de “descaro sin precedentes” y pidió reforzar la presión política y económica contra Moscú.
El incidente se produce poco más de una semana después de que la OTAN respondiera a una incursión de hasta 19 drones rusos sobre Polonia.
En esa ocasión, la OTAN envió cazas F-16 polacos, F-35 neerlandeses, sistemas antiaéreos Patriot alemanes y un avión de vigilancia AWACS italiano para derribar las aeronaves no tripuladas. Las primeras investigaciones, aún sin confirmar, apuntan a que los drones tenían como posible objetivo la base logística de ayuda a Ucrania de Rzeszów.
Estonia afirmó presentar una protesta formal ante el principal diplomático ruso en el país.