La NFL está de luto tras el fallecimiento de Dwight Douglas “DD” Lewis, legendario apoyador de los Dallas Cowboys, a los 79 años. Considerado un hombre clave en la famosa “Defensa del Juicio Final”, fue recordado como un jugador ejemplar que marcó una época en la franquicia texana.
Lewis fue elegido en la sexta ronda del Draft de 1968 procedente de Mississippi State. A pesar de ese inicio modesto, construyó una carrera de 13 años con los Cowboys, en los que participó en 186 encuentros y logró ocho intercepciones. Entre 1973 y 1981 fue titular casi inamovible, contribuyendo al éxito de un equipo que dominó la NFC en la década de los setenta.
Su huella en playoffs fue imborrable, con 27 partidos disputados —récord del club— y actuaciones decisivas como las dos intercepciones en la final de conferencia de 1975 contra los Rams, que abrió el camino al Super Bowl. En total, disputó cinco ediciones del gran juego y se coronó en dos ocasiones, consolidando su prestigio como hombre de grandes escenarios.
En el futbol universitario ya había mostrado su calidad al ser nombrado Jugador Defensivo del Año de la SEC en 1967 y dos veces All-American con Mississippi State. En 2001 fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Futbol Americano Universitario, un reconocimiento que avala su trascendencia desde los años de formación.
Su fallecimiento coincide con la reciente partida de Lee Roy Jordan, otro pilar de aquella defensa mítica. Juntos forjaron la identidad de una era dorada de los Cowboys que aún permanece viva en la memoria de los aficionados.