El atletismo mundial fue testigo de un momento histórico en los Campeonatos del Mundo, donde Sydney McLaughlin-Levrone se consagró campeona de los 400 metros planos con un registro de 47.78 segundos, el segundo mejor tiempo en la historia y el más rápido en 40 años. Su actuación fue tan dominante como memorable.
La estadounidense, reconocida como plusmarquista de los 400 metros con vallas, demostró su grandeza también en la pista lisa, convirtiéndose en la primera atleta en la historia en ganar títulos mundiales en ambas especialidades. Un hecho que refleja la magnitud de su talento y preparación.
Detrás de ella, Marileidy Paulino de República Dominicana no se quedó atrás y marcó 47.98 segundos, mientras que la barenita Salwa Eid Naser completó el podio con un tiempo de 48.19 segundos. Las tres corredoras protagonizaron una de las finales más rápidas y vibrantes de todos los tiempos.
En las semifinales, McLaughlin-Levrone ya había dado un aviso de lo que vendría al detener el cronómetro en 48.29 segundos, derribando el récord estadounidense de casi dos décadas. Sin embargo, en la final llevó su rendimiento a un nivel superior, desatando la ovación del público y el reconocimiento mundial.
A sus 26 años, McLaughlin-Levrone acumula un palmarés envidiable: campeona olímpica, campeona mundial y ahora dueña de un doblete histórico en las pruebas de 400 metros. Su legado sigue creciendo y apunta a marcar una era irrepetible en el atletismo femenino.