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Rosario Central y Boca Juniors dividieron puntos en un empate 1-1, pero el gran protagonista fue Ángel Di María. El campeón del mundo volvió a ser decisivo para los auriazules al marcar un espectacular gol olímpico, encendiendo al Gigante de Arroyito en la jornada ocho del Torneo Clausura.

El tanto se produjo en el minuto 24, cuando el zurdo tomó el balón en el banderín derecho y sorprendió a todos. El disparo se cerró de manera perfecta, dejando sin reacción a Leandro Brey, arquero de los Xeneizes, que no logró evitar la anotación.

Con este gol, Rosario Central encontró la paridad definitiva del encuentro y celebró con su afición un momento mágico. El estadio vibró con la jugada, que rápidamente se convirtió en tema de conversación en el fútbol argentino.

Di María atraviesa un momento especial con su equipo. Hace apenas unas semanas, ya había dejado su huella en el clásico rosarino al marcar un tanto de tiro libre frente a Newell’s Old Boys. Su influencia en el campo es cada vez más determinante.

El “Fideo” sigue sumando capítulos memorables en su regreso al fútbol argentino, demostrando que su talento intacto puede ser decisivo incluso en partidos de máxima exigencia como frente a Boca.